Por: Cheché Dorta.-
Pues sí, ambos líderes han escenificado en los últimos días
la ceremonia que los retrata. El presidente de España apasionado (…) por el gol
del empate ante Italia y el ministro canario (…) negando el rescate, unas horas
antes de la hipoteca (¡) de cien mil millones de euros. No hay ceros, a la
derecha por supuesto, para tamaña cifra. Soria o Zoria, es experto en minas
anti personas y que no quiere hablar de ese problema porque bastante tiene, el
pobre, con los plataneros en su territorio que lo aclama. Y reputado
economista, ojo. De hecho fue el anterior consejero del ramo en el Gobierno de
Canarias (debe repetirse lo menos cien veces, que no es nada comparándolo con
el préstamo que acaba de conceder la Europa – también raptada – de los
mercaderes)
Hace unos días, un alcalde de su partido lo llamó como lo
llamó y aquí no he escuchado ni visto crítica alguna contra don José Manuel –
un patriota – al que alude su colega diciendo, con razón ¿quién lo puso ahí?; pues el pueblo canario, le respondo que lo
pusieron por unanimidad los ochenta y ocho municipios, demasiados, en que se
divide este territorio hoy más ultra (periférico) que nunca. Un clon que se
afeitó siguiendo órdenes y que no está ayudando (según la gente del ramo que es
del mismo gajo que él) a la primera industria del país y de la que Soria es el
máximo responsable. Y creemos que fue un error ¡afeitarse el bigote! porque le
crecerá la nariz por decir mentiras veniales y se nota más el apéndice do se
huele o hiede el sudor de los mineros y del que carga la piña de bananas al
hombro.
Otra vez la doble vara de medir. Porque aquí hay minas ¡de
agua! Y que yo sepa, nadie se ha preocupado por su laberíntica forma de
proceder y, ni mucho menos, por los que han trabajado y trabajan bajo tierra.
Ni de que padecen después de salir del agujero. Del burro, que también trabaja
subterráneo y sin derecho a nada, más vale no hablar porque una vez licenciados
se les desriscaba, barranco abajo para que murieran de forma ominosa y muy
cruel. Hasta ayer. Soria no sabe del tema o se calla. Bastante tiene, el pobre,
con los plataneros que poco han pisado las huertas de su propiedad. Ni la
rápida privatización del servicio del agua – unánime como el Santo Hermano
Pedro – que será el verdadero poder dentro de poco (lo dejamos escrito por si
acaso) del planeta, mucho más que el petróleo o el dinero – del líquido vital y
sus derivados concretos. Hay mineros y muchos de ellos enfermos por causa de su
trabajo mal pagado y del que, hasta la fecha, nadie sabe nada de su vida y
milagros. O sea: los trabajadores de las galerías (y de los pozos) que han
sacado el agua de las entrañas de la tierra, aunque esta última frase parezca
cursi. Y no es así, bastaría preguntarle al burro antes de su inmolación.
Parece contradictorio que una tierra que posee sentido del
humor no mida las consecuencias de elegir a personajes profundamente
antipáticos y distantes o a especimenes de labio leporino y bastante
mentirosillos. Bueno, me corrijo, hay un amplio sector de la población que vota
(…) y que unicamente le interesa la esquela con foto antigua del vecino que
acaba de fallecer, los sorteos varios y el sigo del zodíaco. Y votan. Y botan
al burro cuándo sea menester, barranco abajo. Adios ésteeeee…
Rescate es pagar algo por quien haya estado secuestrado. Y
lo de “algo” es un eufemismo suave, muy suave. Y es condición indispensable lo
del secuestro. España lleva tiempo criticada en negativo (…) por patriotas que
dan conferencias y – naturalmente – cobran por decir barbaridades ante un
auditorio que acude por ver de cerca un
teatro de guiñol en el que el protagonista fue, por ejemplo, presidente del
gobierno. El orador, que puede ser cualquiera, habla mal de su país para crear
confianza que fue la palabra clave que les dio a los fascistas la victoria
avasalladora. Y deja caer la consigna que se difundirá y creerá en que todos
son iguales. Y no pasa nada. No pasa nada, insisto, porque ya nada puede pasar
que no haya pasado.
Y perdón por la poquedad. Pero ver a Rajoy en el palco
polaco y a Soria de ministro es un punto. Un empate. Chico a chico.
Cifra muy superior a la que cobró la corona española cuándo
vendieron territorios americanos a los piratas que se han actualizado y que,
por cierto, son los antecesores por vía sanguínea del príncipe de Asturias que
también estaba en el palco, vara y media alejado de Rajoy, el presidente guay.
Muy guay. Como Zoria el nuestro.
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