martes, 25 de septiembre de 2012

CARRILLO



Por: Cheché Dorta.- 
Llevo unos días en que el azúcar muestra su peor cara y afecta a las neuronas que dice mi médico de cabecera (…) que son las células más mimosas y las que primero se ven afectadas por ese traumatismo que aún la comunidad científica no ha sabido sanar. Y es lo que hay, colega, me dice un joven que está en la flor de la vida y puede beberse un zumo de mango, un cortado de condensada o una tarta de arándanos sin que su cerebro (…) lo acuse en lo más mínimo. Es la edad, creo.

Pues en la silla de la terraza del bar dónde ya no se sabe si pasa la vida o no pasa nada, veo llegar a un mozo bien plantado conduciendo una moto – maquinón – que aparca con solvencia después de haber acelerado antes de cerrar el contacto, sabedor que los gases son los gases. Un profesional como el doctor Menguele, es un decir.

Y se apea y entra en el bar. Se conoce (…) que el calor le afecta, porque pocos minutos después sale a la vía pública y escupe una porción de materia no reciclable, un pollo descomunal que tropieza en el pretil de la acera, se escurre lentamente y se para haciendo ángulo con el asfalto oscuro. Toda esta ceremonia con ruido, pompa y circunstancia. Ah, y el hombrito vestido como todos: pantalón pirata (como todos), rapado al cero aunque se libró del servicio militar por diversos traumatismos, entre ellos porque es mantenedor de si mismo para adelantarse a una calvicie que ya está ahí y con el aire de suficiencia de los llamados hoy, con razón, ninis; o sea: un güevón a quién nadie emplearía, pero es lo que hay, colega.

Antes, es la madrugada, uno ya se “había gozado” el ritual de los adictos al móvil. Y que vamos a relatar, porque consiste en que portan este artilugio que no discrimina a nadie y que nadie sabe quién los paga, o sí, y pegan (…) a teclear compulsivamente como si tuvieran línea directa con frau Merkel, con Iker o con don Mariano, a proponer. Pero no: es un vicio de simplones.

Y, cuándo el alba sería, vi arrojar por el vidrio del coche que me antecedía una caja de cigarros vacía y, tal vez, otra escupitina por parte de sus dueños, o no, que iban camino del curro. Lo de toda la vida, antes y ahora. O sea que con estos antecedentes ya ustedes comprenderán que mi ánimo no estaba para escribir otra cosa. Item más: la acera de la terraza se llenó de colillas un cuarto de hora después que la máquina barredora dejara la calle como una patena.

Observé como el esputo joven íbase mimetizando con la luz de la mañana, mientras del interior del bar sonaba la máquina tragaperras pilotada con pericia por un morito, perdón, que sabe cuándo dispara monedas: es la sabiduría árabe y las dos o tres teles dan las noticias y la parroquia madrugadora se enfrasca en una discusión apasionada sobre el Barça o el Madrid. Oigo decir que ¡ganamos!, mientras ya el escupitajo brillaba contundentemente reflejando la luz del sol que ya salía. Y las colillas, mecidas por la brisa, se parapetaban bajo la fila interminable de coches aparcados en batería. Uno de ellos, por cierto, lo dejó su conductor arrancado – esta frío – y la música, el pumba-pumba a todo volumen, mientras el dueño sorbía el tercer cortadito de la jornada como si fuera mujer o similar. Basurilla canaria, porque peninsulares pocos buenos han venido.

Tranco la prensa que ya la parroquia había desechado después de haber visto las esquelas, los sorteos y el horóscopo y una de mis neuronas que le hizo frente a la glucemia me llama la atención al leer que Carrillo, el otrora innombrable, acaba de morir a los noventa y siete años en la cama, tranquilo. Un comunista, oigo decir al escupidor jovenzuelo que nada sabe de Carrillo, de lo dijeron.Es la edad y las malas compañías, novia inclusive. Paracuellos, intuyo: un asesino, no hay derecho, dice un paisano que no es amigo de la vecindad.

Y pienso que para cuellos el del Corredera, un paisano al que franco le dio garrote – una tradición – en 1959 en el Salto del Negro en Las Palmas, todo cuadra. Y que en 1975, el año en que dejaron morir al dictador, fusilaron a cinco presuntos delincuentes. Y digo delincuentes que al lado de los que uno ve hoy eran angelitos revoltosos.  Porque hay que decirlo: franco fue el peor asesino de la historia moderna. Y los tinerfeños colaboraron al alzamiento, a que se produjera la guerra civil y a más de un millón de muertos que no sabían contra quién ni el porqué disparaban a matar. Y la cruel posguerra, fría y despiadada. Aún sigue su estatua en Santa Cruz y en Los Cristianos (…) su calle sigue siendo su calle. Ni Macario el del Rosario de la aurora ha podido quitar el monolito de Las Raíces que es un nombre perfecto.

Sale el escupidor caminando, así, como escarranchado y se va, veloz, al curro, quemando gasolina como un rally apócrifo. No sabe de lo que hablamos ni falta que le hace. Es la edad.

Y se murió Santiago Carrillo, un demonio antes de que se pusieran de moda los niños rusos para que fueran o fuesen adoptados por solventes, en lo económico, parejas presuntamente estériles,  y llegasen a estas islas como turistas – los rusos que antes eran los de Santa Cruz y ahora guapos y guapas, porque putas de esa etnia hay a punta pala, perdón - a gastar lo robado, porque son los de mayor poder adquisitivo, dice un directivo de los hosteleros.

Veo en el periódico la foto de Carrillo muerto y con gafas, un detalle al que sólo le falta el cigarro, y gente que levanta el puño y canta La Internacional sin saberse la letra ya obsoleta e inalcanzable. Y otra neurona me avisa que el PSOE celebra su congreso o concilio el próximo fin de semana y en el Puerto de la Cruz que perdieron con razón (…) y  en el que se debatirá, es un decir, entre lo mediocre y lo que no llega a ese bajísimo nivel. Y ya a estas horas, el pollo que escupió el malandro casi está ya extinguido y se confunde con el piche que no sabe de colores. Ni de sabores. Deja su huella, como el franquismo que regresó con el voto de una inmensa y democrática mayoría.

Murió Carrillo y deja muchas cosas buenas, sobre todo su sentido del humor y su lucidez. Y su generosidad para con la democracia. Mientras, pasa una moza que acaba de beberse su leche y leche y afronta la acera hablando por teléfono con el pibito, su hijo, que acaba de estrenar curso lectivo y al que tiene controlado. Y miro, otra vez, al ataúd de don Santiago que parece muerto de verdad, mientras se escucha lo de Paracuellos, que a lo mejor será la sede de Eurovegas: una gigantesca superficie que descontrolará todo lo que Carrillo soñó. Y que ocuparán sin derecho alguno a los que el franquismo dejó huérfanos de cualquier atisbo de decencia, con un montón de miles de puestos de trabajo y agachando la cabeza y escupiendo en la vía pública, hasta que la privaticen.

El creyó en el ¡NO PASARÁN!, como yo. Pues pasaron y pasan a pesar de lo que se ve y se siente, porque franco y sus descendientes (…) lo dejó todo atado y bien atado. Y poco he hablado del que debería habar, pero otras plumas más autorizadas ya lo hicieron. Creo que Carrillo fue importante para lograr las cosas buenas de este país (inclusive Canarias, tan de derechas sin saber por qué) y – ya se dijo – era simpático.

O sea que los políticos actuales no le llegan ni a la colilla de su penúltimo cigarro.

Salud, camarada. 

NO NOS QUIEREN




Por: Cheché Dorta.- 
 Dice el presidente de Canarias después que el gobierno central (iba a poner España) anunciara otra medida en contra de los habitantes de estas islas que siempre, siempre han estado muy lejos, en forma de rebajar la subvención al transporte aéreo. No nos quieren, dice el sr. Rivero.

Llega tarde. Ha tenido tiempo de conocer y saber cómo se las gasta la derecha – el mismo lleva media vida codo con codo con esta golfería meliflua y sin crisis  – cuándo manda. Sobre todo cuándo todos los municipios de esta tierra tan ultra (periférica y tal), todos, ya digo, le votaron hace menos de un año.

Y estamos hablando después de un verano tenebroso y lleno de noticias y de llamas.Y de Ryanair y sus aviones que recortan hasta el keroseno, pero que llevan mucho tiempo abusando de sus clientes, tratándolos como ganado dócil (en algo tienen razón) o de regresar al papel que certifica que residimos aquí en esta época en que cualquier guevón, sorry, posee el último modelo de tecnología de la comunicación, léase móvil y sus infinitas variaciones,  para no comunicar (…) o que se emita por la tele mil y una veces el penúltimo gol y apenas visionamos los porrazos que la poli, que no es tonta, propina a los estudiantes que protestaban por la subida de tasas universitarias y de las otras. No hay mejor cuña, o caña, que la del mismo palo.

No nos quieren los peninsulares – pocos buenos han venido – dice nuestro Rivero y uno tiene que decirle que no es cuestión de cariño, porque nosotros sí que los queremos o los quisimos: recordemos, otra vez, el resultado electoral del 20 N. La engañó el novio, se decía y estamos a punto de regresar a esa ignominia. El papel del certificado de residencia es la antesala de la cartilla de racionamiento. Algo hay en la fiambrera de los niños que aún van a la escuela pública.

Y sabe, intuyo, el Sr.Rivero que no tenemos material humano para hacerle frente a la metrópoli, que sobrepasamos la tasa de analfabetismo, de fracaso escolar, de paro, de fraude fiscal, se subvenciones que él sabrá algo del tema, del pleito insular que le ataca cada día, de nula rebeldía y un largo etcétera que viene desde la conquista. O sea que el cariño nada tiene que ver con lo que está pasando. Un enorme porcentaje de isleños les produce más emoción el Madrid o el Barça a que le suban la matrícula a su hijo que podría ser un hombre o mujer de provecho.

Yo no quiero que me ame la señora ministra de fomento, ni la de empleo (…) ni que me bese doña Esperanza porque tiene demasiadas comisuras en su boca dicharachera y tal. Ni deseo que la de sanidad (Mato) me recuerda una vez más que su hermano fue presidente del parlamento canario, si; ni que los albaceas de los pueblos todos me inspiren confianza, que era su lema exitoso. Confianza: no hay más que ver a (de) Guindos desenvolviéndose en los foros europeos, peos, huyendo de quien pueda meterle las manos a su cuello poderoso. Existe una foto que debió repetirse más o menos como una jugada futbolera y que fue toda una premonición.

No nos quieren ¿y qué?, lo que necesitamos es plantarle cara a los que quieren regresar al franquismo de dónde nunca salieron. Pero no me llamen a ninguna manifestación. Ya es tarde. La derecha no irá porque tienen segundas o terceras residencias lejos do brama la plebe – como en los carnavales – y seguirán mandando. Y abusando.

No es nuevo.
Foto: web

¿POR QUÉ ES MALO HUGO CHÁVEZ…?




Por Cheché Dorta.-
Es la pregunta que llevo haciendo a los que conocen Venezuela, a los isleños retornados o a los nativos que moran acá. No he obtenido ni una sola respuesta razonada: es la inseguridad, dicen unánimemente. Añadiendo el consabido “¡lástima de país, con lo rico que es…! latiguillo (…) que se usa desde que tengo uso de razón y cuándo los ricos despilfarradores importaban hasta el agua desde Escocia para rebajar el whisky, después de la arepita. Otra herencia de los gallegos y no pocos isleños, nuevos ricos ambos. Como aquí. Cuando la república bolivariana era la octava isla. Y el puerto (de Santa Cruz) lo primero, después del inútil, caro y mafioso de Granadilla, o el de Garachico y otros pantalanes. Ahora sale Plasencia, ex emigrante que defiende al de Abona, quejándose de lo que él ha defendido.

Por lo que es obligada – la esencia de este ensayo -  la pregunta: ¿por qué el presidente de Venezuela que, a lo mejor, tiene parientes en Fasnia (por lo de su segundo apellido), es tan criticado con ferocidad por los canarios que nada saben de su vida ni del país…? Vasallaje y correa de transmisión. No se me ocurre nada razonable. Porque Chávez ha ganado, democráticamente, todas las elecciones. Y que no me hablen los expertos (…) de compra de votos, de la libertad de expresión los que jamás leen un periódico o de que es autoritario o que no sabe hablar. Habla mucho mejor y es más simpático que Zoria, el nuestro, a proponer. No es avaricioso ni se le acusa de ladrón ni de evadir capitales (nada que ver con nuestro duque y otros patriotas), y – sobre todo – en boca de los que se hicieron ricos allá, pues, abusando de sus paisanos hasta límites difícilmente comprensibles y que hoy, acá, se hicieron demócratas aunque en el fondo de su alma de mercaderes añoran a Franco y a Pérez Jiménez, o viceversa. Y salieron de estas peñas con una mano delante y la otra cubriendo la retaguardia. Unos escarranchados con plata y poco más. Bueno, y antichavistas irreductibles. Golfos amantes del muy canario deporte del golf, tan ecológico y que ha dado tantos puestos de trabajo.

Porque Chávez es indio, tiene el pelo crespo y rojillo, aunque muy católico, pero no de la secta inquisitorial. Ese es el resumen que intuyo. El resto es la hampodata, la mamadera de gallo y no pararle bolas a esa vaina. Todo muy gracioso y lleno de sabor. Pero aún, a estas alturas, no hallo respuesta que aclare algo del enunciado. Es – salvando las distancias – como el vecino que arroja la colilla del cigarro al piche, a veces bajo los coches y lleva todo el verano quejándose que no se limpia el monte y que no hay derecho, el muy cabrón. Un sucio espécimen, tal vez un hombre (…) maltratado, como si fuera o fuese el esposo de una ministra del ramo.

No es creíble que se haya pegado fuego a la mayor refinería de petróleo del país, como el monte único, acá en La Gomera. Ni tiene lógica, o sí. Y viendo el nivel de la colonia (que no es un perfume) de mis vecinos tan sabrosones, tengo todo el derecho a desconfiar. Y usted también, señora. Y causó más de cuarenta muertos. Es la inseguridad que relatamos, como la colilla bajo el coche de gasolina y de la pura caimanera. Creo. ¿Un sabotaje?, posiblemente. Como la guerra de Cuba en versión moderna.

Y los educados (…) en los principios cristianos estaban deseando que don Hugo muriera pronto y que el cáncer se lo llevara por el bien del país y, por fin, regresaran las oscuras golondrinas que dieron carta de naturaleza a la famosa frase que hay que repetir: ¡lástima de país con lo rico que es!

Exactamente.

Aquí también hay inseguridad, desapariciones, robos, maltrato, etc, …más de la cuenta. Y sobre todo, no estamos seguros de que la semana que viene, por ejemplo, nos recetarán las medicinas.

Y estas reflexiones deben continuar porque en octubre hay elecciones en Venezuela, que antes de Chávez era la octava isla, y desde ahora se montarán plataformas con dinero inocente (tal vez petrolíferas), y pondrán guaguas para los que quieran votar en contra y habrá un evento con arepas a punta pala y música llanera. Muy llana. Como el pueblo. Acá y allá.

¡Lástima de país, con lo rico que es…!, sigue diciendo el malandraje que, a mi por lo menos, nada nuevo ni bueno me han enseñado. Todo lo contrario. Y lo de Radonsky me suena a polaco, a Wojtyla, a Walesa y a la descomposición. Todo se repite. Como un pabellón criollo con mucha guasacaca.

O el musiú que era el isleño, el que se fue en los años del hambre. Lo dicho: todo se repite, por lo que reiteramos la pregunta del enunciado:¿por qué es malo Hugo Chávez…?