Por: Cheche Dorta.-
Recuerdo que hace unos años, cuando el guateque planetario,
alguien me dijo que oyó decir que decían a otro que dijo que dijeron que dicho
está que decimos que el Anillo Insular es lo que hay que decir que es obra
indispensable y que nadie diga que no escuchó lo que se decía y hay que decirlo
y no repetiremos que vamos a decir lo que ya se ha dicho.
Una obra, decían ayer, fundamental., pero hoy no hay dinero;
se acabó. Y me agarro a una entrevista que le hace un amigo periodista al consejero
de ¡paisaje y carreteras! – una contradicción y basta ver la del Teide, y no
hablo del ominoso teleférico, sino de esa recta de asfalto que insulta a
nuestra montaña mágica, para mi la más bonita del mundo– que se queja porque
las obras se paralizarán, no hay fondos, bueno fondos sí, ni pa piche, ojo,
sentencia el preparado político vocacional. Pero hay que decorar las carreteras
con picón y con especies vegetales autóctonas. NB: el consejero es de la zona
que ha podido comprobar que las medianas e la autovía se han sembrado de otras
importaciones, ávidas de sed, como los campos de golf que iban a dar no sé
cuántos puestos de trabajo, turismo de calidad y etc. Eran otros tiempos. Hemos
cerrado el Barranco del Infierno, apunta, porque dejaban mucha colilla en los
senderos, ¿vale?, no. Pues si quiere sugerencias para el paisaje que se atreva
a proponer eliminar (…) el piche en Las Cañadas y sustituirlo por picón que en
aquellas alturas abunda, que este año, por cierto, se empleará de nuevo en la
alfombra de La Orotava, dedicada a la
Fe, que mueve montañas, nunca mejor dicho. Pues el anillo, que si indagamos en
profundidad en la etimología puede significar, lejanamente, un culo chico o un
culo con pujos, es verdad, no cumplirá las expectativas y quedará en una
herradura esotérica porque- ya se sabía- al llegar a Erjos la cosa cambia
(reiteramos que ya se sabía) no hay ni había dinero ni fundamento para esta
obra innecesaria y muy cara que no se acabará, por lo que lo del “anillo” está
muy claro. Creemos.
O sea que una obra que se pensó para acercar al tajo a los
norteros – que fueron los únicos que protestaron – ahora tienen razón después
de haber perdido su paisaje, su casa, sus goro y su huerta esencial. No es
poco, consejero que no aconseja nada bueno. Y se paró el anillo insular que ya
no será anillo sino herradura, como algunos caminos. O sea que el objetivo para
el que se creo esta obra, para mi innecesaria, ha fallado y quedará fuera la
zona insondable que corresponde al macizo de Teno que aún aguanta el acoso de
las máquinas que han esquilmado su tierra, nunca mejor dicho.
Y nunca se explicó para qué servía este derroche de dinero y
de expropiaciones de fincas. De arrasar con el paisaje que aún no estaba
contaminado con el único objetivo de que los constructores de la nada siguieran
ganando y cumplir con la cuota de emplear a los braceros. La Isla le importa
poco y a la vista está la cutre
arquitectura de las zonas turísticas,
con las escasas excepciones que
se dan. Y son los que se ponen de acuerdo rápidamente para conformar las
famosas UTE (Unidad Terriblemente Espantosa) para destruir lo mejor que
tenemos. ¡Pero han dado trabajo!, dice un isleño. Y es verdad, pero media
verdad : lo indispensable; hoy con menos de la mitad de puestos de trabajo se
atiende lo que haya que atender y cobrando menos. Y es como la UVI que es
acrónimo más apreciado por la población que la lógica UCI; no es lo mismo
Unidad de Vigilancia Intensiva que lo otro, menos castrense o similar.
A lo que vamos: el anillo insular dejará restos irreparables
y fue casi bonito mientras duró., sobre todo para los terriblemente espantosos
que, eso sí, saben las cuatro reglas. Dejará heridas en el paisaje de la isla y
fincas cuidadas con mimo desaparecieron porque las expropiaron, empujados por
esta golfería terrible y espantosa, conchabada, perdón, con los consejeros de
¡paisaje! que pide jable para tapar, moderadamente, a las especies invasoras:
personas, animales, vegetales y muchas cosas. Y dejará el fallido anillo un
poso de tristeza del que contempla lo absurdo de esa obra que se ideó (…) para
no llegar a ninguna parte. Y dejará
parados, más aún. Mientras el trío que se retrata – y que todo el mundo sabe a
quién me refiero – se queja, otra vez, de que no ganan lo suficiente; sólo les
falta hablar. Y hablan, de la falta de inversión (…) y del crédito. Y de los
parias de la tierra, porque si hiciera falta para montar otra UTE, cantarían
hasta La Internacional. Somos camaradas, a ver si me comprende. Y si no nos
hacen caso, iremos a Marruecos, aquí al lado, dónde la mano de obra sale más
barata y no protestan. Seguro que no desentonan en cuanto a color, sabor y el
modo de caminar.
A mi este gallego no me engaña más, dice el que decía que
había que decir que digan lo que digan los ecologistas – esos vándalos – el
anillo insular es (era) la obra más importante y más cara de Tenerife. Ya
vendrán tiempos, continúa con su vocabulario excelso, mejores y se regenerará lo que hemos
degenerado. Total…, como las playas y las infraestructuras que es la palabra
preferida por los alcaldes de Canarias cuyos vecinos todos, todos, votaron al
gallego o a Zoria.
Mientras – y desciendo a lo pueblerino – aquí en el Oeste
hay desde tiempo lejano un manojo de tuberías que se asoma peligrosamente a la
carretera más vieja y más mala de la Isla y ahí sigue, por lo que aconsejo (…)
al consejero que a ver si se atreve a plantarle cara a los dueños de esos tubos
y que los quiten, porque en este tramo no ha pasado una desgracia porque dios
es grande, omnipotente y poderoso. E invisible.
El anillo insular no se terminará, de momento. O sea que
mintieron otra vez. A mi no me engañan más, dice el que dijo lo que dijo que
alguien dijo que dijera lo que seguirá diciendo…