domingo, 17 de junio de 2012

RAJOY EN EL PALCO Y SORIA EN LA MINA


Por: Cheché Dorta.-
Pues sí, ambos líderes han escenificado en los últimos días la ceremonia que los retrata. El presidente de España apasionado (…) por el gol del empate ante Italia y el ministro canario (…) negando el rescate, unas horas antes de la hipoteca (¡) de cien mil millones de euros. No hay ceros, a la derecha por supuesto, para tamaña cifra. Soria o Zoria, es experto en minas anti personas y que no quiere hablar de ese problema porque bastante tiene, el pobre, con los plataneros en su territorio que lo aclama. Y reputado economista, ojo. De hecho fue el anterior consejero del ramo en el Gobierno de Canarias (debe repetirse lo menos cien veces, que no es nada comparándolo con el préstamo que acaba de conceder la Europa – también raptada – de los mercaderes)

Hace unos días, un alcalde de su partido lo llamó como lo llamó y aquí no he escuchado ni visto crítica alguna contra don José Manuel – un patriota – al que alude su colega diciendo, con razón ¿quién lo puso ahí?;  pues el pueblo canario, le respondo que lo pusieron por unanimidad los ochenta y ocho municipios, demasiados, en que se divide este territorio hoy más ultra (periférico) que nunca. Un clon que se afeitó siguiendo órdenes y que no está ayudando (según la gente del ramo que es del mismo gajo que él) a la primera industria del país y de la que Soria es el máximo responsable. Y creemos que fue un error ¡afeitarse el bigote! porque le crecerá la nariz por decir mentiras veniales y se nota más el apéndice do se huele o hiede el sudor de los mineros y del que carga la piña de bananas al hombro.  

Otra vez la doble vara de medir. Porque aquí hay minas ¡de agua! Y que yo sepa, nadie se ha preocupado por su laberíntica forma de proceder y, ni mucho menos, por los que han trabajado y trabajan bajo tierra. Ni de que padecen después de salir del agujero. Del burro, que también trabaja subterráneo y sin derecho a nada, más vale no hablar porque una vez licenciados se les desriscaba, barranco abajo para que murieran de forma ominosa y muy cruel. Hasta ayer. Soria no sabe del tema o se calla. Bastante tiene, el pobre, con los plataneros que poco han pisado las huertas de su propiedad. Ni la rápida privatización del servicio del agua – unánime como el Santo Hermano Pedro – que será el verdadero poder dentro de poco (lo dejamos escrito por si acaso) del planeta, mucho más que el petróleo o el dinero – del líquido vital y sus derivados concretos. Hay mineros y muchos de ellos enfermos por causa de su trabajo mal pagado y del que, hasta la fecha, nadie sabe nada de su vida y milagros. O sea: los trabajadores de las galerías (y de los pozos) que han sacado el agua de las entrañas de la tierra, aunque esta última frase parezca cursi. Y no es así, bastaría preguntarle al burro antes de su inmolación.

Parece contradictorio que una tierra que posee sentido del humor no mida las consecuencias de elegir a personajes profundamente antipáticos y distantes o a especimenes de labio leporino y bastante mentirosillos. Bueno, me corrijo, hay un amplio sector de la población que vota (…) y que unicamente le interesa la esquela con foto antigua del vecino que acaba de fallecer, los sorteos varios y el sigo del zodíaco. Y votan. Y botan al burro cuándo sea menester, barranco abajo. Adios ésteeeee…

Rescate es pagar algo por quien haya estado secuestrado. Y lo de “algo” es un eufemismo suave, muy suave. Y es condición indispensable lo del secuestro. España lleva tiempo criticada en negativo (…) por patriotas que dan conferencias y – naturalmente – cobran por decir barbaridades ante un auditorio que acude por ver de cerca  un teatro de guiñol en el que el protagonista fue, por ejemplo, presidente del gobierno. El orador, que puede ser cualquiera, habla mal de su país para crear confianza que fue la palabra clave que les dio a los fascistas la victoria avasalladora. Y deja caer la consigna que se difundirá y creerá en que todos son iguales. Y no pasa nada. No pasa nada, insisto, porque ya nada puede pasar que no haya pasado.

Y perdón por la poquedad. Pero ver a Rajoy en el palco polaco y a Soria de ministro es un punto. Un empate. Chico a chico.

Cifra muy superior a la que cobró la corona española cuándo vendieron territorios americanos a los piratas que se han actualizado y que, por cierto, son los antecesores por vía sanguínea del príncipe de Asturias que también estaba en el palco, vara y media alejado de Rajoy, el presidente guay. Muy guay. Como Zoria el nuestro.

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