domingo, 29 de enero de 2012

CIUDADANO NEGRÍN

Don Juan Negrín López fue el último presidente de la Segunda República Española, un canario universal injustamente vilipendiado, difamado y – sobre todo- ignorado por sus paisanos, tan plataformistas (…) entre varios continentes. Se le acusaba de haber entregado la reserva del Banco de España, el oro de Moscú que no era nada comparado con lo que roban y se llevan, tal vez ahora hasta Rusia, los canarios y los españoles, léase yerno del rey, como si nada, y que fue el “pecado” que cometió un hombre que tuvo la responsabilidad de salvar a España del fascismo, lo que no logró, a la vista está, porque ha regresado con más apoyo que nunca, entregando la vida y el honor en manos de los que sí han robado desde la conquista y se presentan ante los más de cinco millones de parados, recobrando su registro engolado de criadas de curas. O de obispos, que tiene mayor recorrido. Impunes, a pesar de todo.

No hay tierra como la mía ni raza como mi raza, cantaban Los Sabandeños – que indudablemente subieron (…) la calidad de la música parrandera, vale, pero traidores al fin y al cabo – porque jamás pensaron en Negrín y sí en las sevillanas; ya ni cantan la polca frutera. Una poca vergüenza muy de moda sin que llegue la natividad para sacar un nuevo disco duro (…) y  que glosa don Elfidio en su erudita columna folclórica, enredado ahora (…) en las infinitas versiones del Canario,  un rigodón afrancesado muy lejos del gofio y sus efectos.

El excelentísimo don Juan Negrín fue médico, políglota, ciudadano universal, moderno y canario. Y digo excelentísimo porque a cualquier yerno se le trata de alteza, que sí que es alto, pero la altura moral es algo que no se mide en centímetros verticales. Y a los de la casa real (…) se les reverencia con unción, arrodillándose, y su tratamiento es de sus majestades…, parece mentira pero así es y puede verse. Ahora vienen los príncipes (…) a El Hierro para reconformar a sus habitantes y parar, ya, el volcán o rezar a la patrona, aprovechando que no llueve y así matar dos pájaros de un solo viaje. Veremos al personal aplaudir y vitorear con ganas ante la talla del heredero y la elegante delgadez de la princesa, alejada para la foto, de Nemesio que se queja de la falta de pescado fresco por culpa de lo piroclastos, no hay derecho. Y a los vulcanólogos se les oirá decir - ¡por fin! - que los príncipes son de carne y hueso (doña Leticia, a proponer) y que están aquí, entre el pueblo,  para darle ánimos, a ver si de una vez revienta o no, que todo puede ser dentro del contexto de la comunidad científica, tan concreta.

Negrin tuvo coraje para aceptar la más alta magistratura del país (nada que ver con lo que hoy significa la justicia) cundo ya la república estaba derrotada por la valiente (…) Europa, como ahora, donde sería imposible encontrar una figura que pudiera amarrarle lo zapatos al paisano. Ya hablamos el otro día de Saavedra, rendido ante el estilo manuelino de La Palma, por lo que corremos un tupido velo de tul ilusión, y cerramos los visillos no sea que le dé una corriente y se nos vaya por un catarro mal curado.

Negrín murió en el exilio viendo la sinrazón que ganaba, como ahora. Puede uno imaginar la infinita tristeza del personaje, solvente y culto, ante la bestia parda que nunca dejó de estar ahí, al lado. Y, además, puede uno paliar esa ceremonia esperpéntica alejada hasta de dios, al comparar (casi nunca las comparaciones son odiosas) con el panorama que hoy se publica en todos los medios (…) medianos que reza: 341.900 canarios sin trabajo, que es la excelencia, como los inversores, promotores, constructores, ladrones, politicastros, advenedizos, malandros, vasallos y amos, clérigos sodomitas, monjitas que vendieron niños de gente pobre, murgas infantiles que son escuelas de pequeñísimos ninis, o la tercera edad que meaba en el barranco y hoy se queja de frío o que no tiene cobertura en su celular lleno de virus, etc. Y hay que preguntarse qué hicieron en los años buenos los que permitieron lo que hoy salta a la vista. Y en este saco que pensaron que no tenia fondo hay que incluirnos todos, todos: alcaldes y concejales, consejeros del cabildo, de la banda política, de la religiosa y de otros cabildeos;
de los responsables (…) de la agricultura subvencionada y del aloe vera, de los importadores de coches, de los patriotas de boquilla, de los independentistas que votarían por una república (…) que estaría muy alejada del ciudadano Negrín; de hecho, la asignatura para ser ciudadano fue, también como Negrín, despreciada por los fascistas que hoy intentan rectificar sin que les pase nada.

Por cierto, en La Gomera hay bastantes Negrínes y, sin embargo, no conozco a ninguna/o Bobadilla.

Termino con una estadística: más del noventa por ciento de los tinerfeños no han subido al Teide y más del sesenta de los turistas que nos visitas (pa mi que demasiados) sí lo han hecho. O que más del noventa y nueve de los isleños no saben quién fue el último presidente de la segunda república, pero sí saben la alineación del Barça o del Real, o que una obscena nómina (…) de calles, plazas, aeropuertos, colegios, auditorios, urbanizaciones, etc. lleven el nombre de miembros de la real casa o caza. O que en nuestra capital, la Santa Cruz que cada uno tienen su cruz, haya un auditorio carísimo que se llama Adán Martín q.e.p.d., una avenida  Manuel Hermoso, un monumento al Ángel Exterminador, o en Granadilla casco que es lo queda del casco, una calle que se llama Fraga Iribarne, cerca del casino, verbigracia. Debería legislarse contra la adulonería, pero ello implica infinidad de efectos colaterales que pueden llamarse falta de crianza que no es un caldo (vino), con la elegancia que no lo da la ropa de marca, con el retrovisor del pedigrí (no es una raza de perros, pero puede serlo), con la canariedad indefinible y con la mínima curiosidad por lo que ha pasado, pasó y está pasando. NB: lo de fascista no es un insulto, salvo para el que lo sea, es una filosofía que está vigente y con mando en plaza. Una gesta.

Don Juan Negrín fue un canario universal que no murió rico a pesar de la leyenda del oro de Moscú. Era médico como el doctor Alarcó y político como el líder de la izquierda lagunera, que está preciosa.

Creo. 

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