lunes, 20 de febrero de 2012

EL TOMATE Y LA UNIÓN EUROPEA

Por: Cheche Dorta
Acaba la votación y nuestra querida y mediocre Europa, el viejo continente, aprueba con la mayoría de la derecha, que el Reino de Marruecos, puerta con puerta con la Casa Real del Reino de España y casi primo y sobrino – obviamos al yerno –  que los tomates marroquíes se venderán como si nada ya que le han autorizado unos cuántos miles de toneladas de este fruto para vender y condenando al canario a la desaparición; curiosa y casualmente después de la lista de vegetales invasores. A pesar de los colegas que mandan en Bruselas o en Strasburgo. O en Washington, da lo mismo. Aquí también manda la misma gente, por decir algo.

O sea que es un día importante, triste y que pasará sin difusión. Nada de publicidad. Muchísimo menos que los goles del fin de semana. Y se trata de un cultivo que es el principal, entre otros como el plátano, en esta parte de la isla y de la que han malvivido  los trabajadores de la huerta y muy bien los dueños de la tierra, que pocas veces la pisan. Aunque lloren y se quejen desde siempre, pero a la vista está – no todos usan los ojos para ver – el nivel económico de unos y de otros. Y lo que queda, porque en este asunto no vale el echarle la culpa a los que estuvieron, no, hay que insistir que la derecha, sí, ha gobernado Europa durante los últimos veinte años o más. Y votan lo que votan. Y tampoco servirá a partir de hoy, que los pobres moritos que trabajan ilegalmente en las fincas de los caciquillos sepan del tema, aunque hayan llegado en cayuco que, hagamos memoria reciente, no hace muchos años era ¡el primer problema para los canarios! Y el terrorismo (…) el segundo.

Sesenta y cinco mil toneladas de tomate marroquí a partir de ahora. ¡Échale pichón! Naturalmente (…) con mano de obra esclava que ya se está ensayando en España, después del parto mariano y de la santa maría. Aunque, intuyo, que las pizzas raciales y parranderas, seguirán comiéndose con tomate moro, como el pájaro ya extinguido. Y en Mc Donal (mano de obra esclavizante)  usted se servirá y pagará antes de echarse la dosis de colesterol, en el mostrador, ensaladas con tomate, seguramente bereber, de ahí al lado. Y el tomate frito enlatado que viene de lejos, mientras no se vende – no tiene salida, dice un restaurador -, y la salsa (asunto muy viejo) inglesa sí se compra y se vende, como el cariño verdadero. No tenemos remedio, camaradas. Y nadie protestará, caimán – perdón – no come caimán. Dirán los voceros que era irremediable y que el tomate canario no tenía solución. Habrá que diversificar (…) la economía, porque no podemos competir. Y se acabó, mientras no se demuestre lo contrario, ¡a callar! “como dice con poder la hermana mayor del rey. Y la gente se calla, si sabrá ella, tan campechana, tan hortera (…) tan borbona.

El porqué es lo que debería estar en boca de todos, pero no se preguntará. Esta autoprohibido. Una vez estuvo de moda –cuando el romanticismo perdido – un canción que hablaba del tomate y que sería curioso recuperar su letra.

Hoy me encuentro en la avenida (…) a un afiliado que pasa de largo, no se para. Posee tierras desde que se parceló el planeta aunque lleva años sin pisarlas, así, quejándose- con razón ahora – de que la agricultura va mal. Sin embargo, en el día después de que la Vieja y mediocre Europa haya votado a favor de la agricultura del Reino de Marruecos en contra de Canarias, por ejemplo. Cuestión muy importante o que debe importarnos a todos, pero sólo saldrán a la calle – hoy – los carnavaleros a  divertirse en la apoteosis. Siempre tendremos una pizza a mano o salsa de tomate importada. Y el triste agrimensor (véase Kafka) pasea mirando al suelo y medita “nos dejaron un país arruinado” que es la consigna que tiene que repetirse durante los cuatro años o, tal vez ocho, que necesita el fascismo para atar aún más lo que dejó Francisco el Hombre (léase a García Márquez) y que servirá, sin duda, para mantener el sistema., no para crear trabajo.

De manera que ayer la derecha europea castiga a Canarias y a sus fieles y muy cercanos ideológicamente colegas de la agricultura de exportación que también son los que importan la mayor parte de los productos de comer y así la cesta de la compra en Canarias es una de las más caras de España. Y hoy, sólo se habla de la reina del carnaval, de fútbol y poco más. Cuándo el café corte el suministro no sé sabe que beberán las señoras adictas a este brebaje.

Termino de momento: el ministro – calvorota – de Economía (…) que tiene un apellido antipático pero que es simpático según se coja, de Guindos, que fue presidente del arruinado banco Lehman Brother en España y Portugal y no sabía, ¿o sí?, que se acercaba el crack, es el responsable de las finanzas y no pasa nada. Pertenece el guindo a la vieja y mediocre Europa que, hasta que yo sepa, no ha arreglado nada con el cojitranco de Sarkozy y a la sílfide de Merkel al frente del crucero que ha encallado varias veces sin que nadie le tosa o los llame a capítulo.

Conciso: golpe al tomate canario votado por la UE, que no está unida ni se parece a la Europa del Renacimiento, del Siglo de Oro, de la Revolución Francesa, de los Sindicatos Ingleses, de la Grecia Clásica y de la Filosofía, del Imperio Romano, de la Máquina de Vapor hoy caliente que jode, perdón; de Mozart, Bach y Beethoven, de Picasso;  la Europa de la Democracia y de los Derechos Humanos, de las catedrales góticas, de las vanguardias de todo tipo, de la imprenta, de la dinamita (…), de Cervantes, Shakespeare, Verne; de  Fleming y la penicilina, de Pasteur, del ¡Vaticano!, del continente que mantuvo hasta hace poco el estado del bienestar, etc.

Pues se vendió a no sé qué mercados, tal vez los USA o a Mohamed. O a las grandes (…) superficies tan baratas, de donde acaba de salir un dirigente agrario o sindical, ambos rústicos, después de hacer sus compras en ALCAMPO que es francesa o de CARREFOUR (léase Carrefur) que me suenan que son gabachas (léase francesas también). Lo cierto es que a los agricultores que llevan casi un siglo cultivando tomates aquí, les han dado un golpe irreversible. Y no hay mejor cuña que la del mismo palo. Y cuando el culo quiere leña, sorry, el mismo lo busca, me dice un paseando de la avenida, ¿sabes lo que pasa?, no, le digo, pues que el tomate es rojo, ¡pareces bobera, consio!

Creo…que debo continuar; el asunto lo merece.

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