domingo, 26 de febrero de 2012

FEITO


Por Cheche Dorta.-
Entre nosotros, feito es una persona presuntamente humana que el señor nuestro dios no le concedió belleza, más o menos. Pero hoy, el tal Feito – sin acento ni tilde – es miembro de la CEOE o como se llame que se corresponde con las siglas de nuestros cultos, generosos, limpios, puros y adivinadores empresarios que no supieron atisbar la crisis y hoy se aprovechan de ella, más que nunca y como siempre, para acobardar al asalariado. Pues este presunto cacho cabrón agarra el micrófono y declara: “Un parado que no acepte una oferta de trabajo, se la que sea, habrá que dejarlo sin prestaciones – sin ningún euro – aunque tenga que irse a Laponia, ji, ji…”, dice este presunto hijo de la gran puta, perdón, presuntamente. A su lado, el catalán – Rosell, creo, que es el que manda en esta pandilla – sonríe con timidez, atusándose su melenita que cae, a la derecha, un punto ácrata, un toque de distinción, con libertad…

Feito. José Luis, entre los íntimos Pepe Luis, dame la manita.

Y a uno como padre y nieto de los que arribaron a este valle de lágrimas (ya estamos en Cuaresma) le da rabia que se permita este insulto a generaciones enteras – el enemigo según la podrida comunidad Valenciana, como Lanzarote – que se han preparado mucho más que, presuntamente, los vástagos de este – vamos a repetirlo como un gol –  presunto promotor de la nada que a la vista está para el que quiera verlo. Feito, que se encuentra aún más fuerte y reforzado por una democracia en la que, presuntamente, no cree, pero que le permite decir las barbaridades que dijo y aún no está imputado este presunto hijo de la gran puta, que a lo mejor no era fea, ni presuntamente, mujer de la vida regalada.

Feito. Bueno, aquí tuvimos a un hermoso y no pasó nada, aunque está pasando lo que, presuntamente, promovió el nuestro con su bloquera y su claridivencia.

Laponia y Papa Noél. Feito.

El apellido tiene su recorrido y el que nos ocupa a lo mejor no es feo o proviene de la tribu de Judá o del Rey David, como la Casa Real de España, que también tiene su fea oficial. Ustedes me entienden.

Feito: un presunto cacho cabrón. Y me persigno 

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