jueves, 9 de febrero de 2012

LA PRIVATIZACIÓN DE LOS CEMENTERIOS

Creo que si hay un comercio (…) que no ha notado la crisis es el gremio de las funerarias que tienen la demanda asegurada. Pues bien, ahora se anuncia que La Laguna, tan tibia y Tacoronte, un apéndice, van a privatizar sus camposantos, camposantos, y entregar a manos privadas, muy privadas y alegres, la gestión de los restos de nuestra gente que pasó (…) a mejor vida, dicen. Un recinto con toda la historia de la historia do se ubica el cementerio, más que ninguna de las estructuras (¿infraestructuras?, como diría un alcalde veterano) que posee cualquier comunidad que se precie, que es donde están los restos después de los restos que es lo que suma cada día de cada semana y de cada estación. No es poca cosa para que venga, a proponer, un concejal al que no contrataría ni siquiera la empresa que opta a los cementerios, porque nunca ha trabajado, a cambiar – radicalmente – la tradición, tal vez la única, de verdad, con un poquito de folclore y de terrinas. Crisantemos, como un Toyota “doble gabina” o un ciprés. O un retrato de cuándo estábamos aquí.

No se que en que se basan los responsables del área (…) , tan píos, para que un simple nicho se encarezca y que nada tiene que ver con el cariño, pero uno del pacto, y de La Laguna me lo espero todo: hasta que el líder sea analfabeto, aunque en ese término, el suyo, se halle la Universidad y que en mis tiempos la nómina de laguneros universitarios era irrelevante comparado con los gomeros, palmeros o del interior, puede comprobarse; o sea: un mito, más clavos (Clavijos) pa mi cuerpo.. O que catedráticos radicales se hayan rendidos a ese liderazgo. No sé o sí sé. Depende.

La verdad es que las pompas fúnebres han abusado de los prójimos con sus ceremonias que pocos gastos tienen, con sus coches ostentosos y – sobre todo – con los seguros (…) de deceso que es, ¡por fin!, la constatación de que la muerte es inapelable. Casi no hay morosos en ese gremio. Fríos, como es lógico, los de las pompas, ante la situación de la que se aprovechan. Perfectos funcionarios que acaban como manda el sentido común de los mortales,  eternos redactores de esquelas falsas dónde se escribe hasta la viuda que hace más de veinte años que abandonó al interfecto, perdón. Y cuñadas y cuñados y la frase muy reconfortable que es el saber que murió, de golpe, pero auxiliado con no sé qué  espíritus que estaban ahí, antes que la ambulancia. Misterios, que forman parte del protocolo de los tétricos funerarios, que jamás nos parecieron seres humanos, pero caminan por esas calles con papeles casi negros en sus manos sutiles…al salir del Juzgado de Paz (…).  Unos profesionales casi como el doctor Menguele, que van a gestionar (…) el insoslayable problema del dolor último. Un epitafio, una foto, una flor de plástico. Un yerno o una nuera. Un día de finados que es muy buena definición, muy culta.


¿Quién murió?, se preguntan sin entusiasmo los madrugadores y es cuando, entonces,  sale el bobo oficial del pueblo que en cada municipio los hay y dice que “quedó como un pajarito” con cierta satisfacción, sin ápice de piedad ni caridad, llamémosla cristiana o islamista, es parecido. El entierro es a las cinco, sale de la cripta y la misa es el sábado, ¿oíste?, sí. No te olvides, amenaza, que te conozco y puedes condenarte, hereje, ji, ji.

Pues ahora, precisamente ahora, viene la privatización de los cementerios de Aguere y Tacoronte, tanto monta, sin que la cuenta de resultados lo aconseje. De hecho, pienso que los entierros, encierros (que es la verdad, porque no se entierra) o las incineraciones pueden salir muy baratos y que los consistorio podrían hacerse cargo del trance. Sencillamente, sin pompa ni circunstancia. Porque ellos, los que negocian esta rendición vasalla, deberían saber (y no lo saben) que la muerte es un axioma y que si privatizan los osarios,  prolongarán el vasallaje más allá del tránsito, y, como una hipoteca sutil, etérea y metafísica, se escribirá otra vez la historia con los renglones torcidos y dictados por los bizcos que pueden mirar a un lado o a otro, depende. Se construirán nuevos panteones y carísimos monumentos funerarios lo que nos hará regresar al tiempo en que hasta en la muerte había clases de descanso. En ya mi lejana infancia recuerdo que había entierros de tres categorías y los curas iban una, dos o tres veces a la casa del moribundo, dependiendo de la cuota que pagara su familia heredera., con monaguillos (monigotes), manga cruz, ciriales, campanillas, incienso y aceite (óleo) y los transeúntes fuchándose como camellos bien domesticados: era el Santísimo. Es verdad y sucedió, aunque ahora nos parezca mentira. Como, hoy, lo que narramos: los cementerios en manos de una UTE : Unión Temporal de Enterradores, como siempre; no es muy literario, pero da puestos de trabajo, dice un sindicalista (…). Y uno de la CNT le responde que sembrando de coca los yermos campos del vergel de belleza sin par, no habría parados. Lo firma un asesor, ojo, o uno de recursos inhumanos que siguen ahí, tan pijos, tan asquerosamente asesores, tan halitósicos y que molan tanto…, antes y ahora.

Como el apartamento cuando se puso de moda, ahora es la bóveda o el nicho e, igualmente, costarán mucho dinero a los deudos (…), mientras los que hablan de diversificar la economía sonríen, oh cielos, al encontrar otra vez una fuente de inversión sin que la bolsa oscile y sí la vida. Y ellos, los promotores, tendrán su parcela donde tendrá lugar la erección (…) de su busto en mármol o en bronce para que la memoria se haga eterna después de partir (la herencia).

Qué solos se quedan los muertos, dijo un poeta cursi, y ahora tiene razón. ¿Qué será de ese cuerpo? Habrá aparcamientos, como el del Hospital, que no da puestos de trabajo, pero usted paga, visita al enfermo y recoge el coche...¿quién será el dueño de este robo…?  Todo el mundo lo sabe, pero nos callamos: es la golfería, las UTES y todas las puntas largas que están al final de las flechas y del yugo.

Y la fila de tradicionales siguen manifestando su sentido pésame.

O que bueno era.

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